En un comunicado, la conselleria ha informado de que se trata de una partida de «satsumas de la variedad iwasaki y una partida de navelinas», ambas detectadas como resultado de la campaña de inspecciones centrada en verificar la calidad comercial del producto que sale en esta primera fase de la temporada de cítricos.
Tanto desde las organizaciones agrarias como por parte del Consell y el comercio privado se ha apelado a la responsabilidad de los distintos operadores para que no se produzcan actitudes que puedan alterar el comportamiento de los mercados.
Además, se ha insistido en que «para el buen funcionamiento de la campaña citrícola sólo se debe recolectar y comercializar fruta que cumpla con las exigencias de calidad establecidas».
En este sentido, desde la Generalitat han explicado que «se va a mantener la presión inspectora para evitar este tipo de prácticas que van en detrimento de la imagen de nuestros productos y, por tanto, en contra de los intereses del propio sector».
