Según informan los responsables de la IGP, la expedición estaba formada por diecinueve miembros de las tres empresas que comercializan bajo este sello: Girona Fruits de Bordils, Giropoma Costa Brava de Ullà y Fructícola Empordà de Sant Pere Pescador.
El presidente de Poma de Girona, Llorenç Frigola, ha explicado que, cada año, se organizan viajes técnicos y que en esta ocasión han elegido Nueva Zelanda, «porque es la catedral de la fructicultura, el lugar del mundo más favorable y donde hay más producción por hectárea, que puede llegar hasta las 150 toneladas».
Otro motivo de la elección es que algunos productores neozelandeses forman parte del programa de hibridación en ambientes cálidos Hot Climate Breeding Program, un proyecto cuyo objetivo es mejorar el gusto, textura, color y adaptación al cambio climático de esta fruta.
Frigola ha subrayado que Nueva Zelanda tiene «una condición de suelo muy bueno, con mucha materia orgánica, fértil y una meteorología benigna».
«Prácticamente no hay granizadas ni heladas y no hace frío en invierno, lo que permite que los manzanos tengan un desarrollo muy largo», ha añadido el presidente de esta IGP, que cuenta con casi ochenta socios que representan 1.700 hectáreas distribuidas entre las comarcas gerundenses de Baix y Alt Empordà, La Selva y Gironès.