Los consejeros mantuvieron ayer una reunión de coordinación en Murcia con motivo del inicio de la nueva legislatura, para «seguir trabajando conjuntamente» en solucionar los problemas y generar oportunidades que en materia de agricultura y agua tienen las dos regiones.
Murcia y Valencia reclamaron una «mayor implicación» de la Unión Europea para que los criterios de la agricultura levantina-mediterránea sean tenidos en cuenta por las instituciones comunitarias en el diseño de la reforma de la Política Agraria Común, que entrará en vigor a partir de 2014.
Ambos consejeros lamentaron las «deficiencias» de la Política Agraria Europea, que según Cerdá «hay que refundarla», y la «debilidad» del Gobierno de España en los planteamientos que propone, ya que «no se ajustan a la realidad de la agricultura mediterránea», explicó la consejera de la Comunidad Valenciana.
Cerdá pidió que la nueva normativa comunitaria «dignifique la figura del agricultor», con una «justa remuneración» por el trabajo que realiza, ya que «hay un grave problema de precios en origen, y por tanto, de rentabilidad».
Por su parte, Maritina Hernández recordó que la situación originada por la crisis agroalimentaria por la bacteria E-coli en Alemania evidencia las «carencias» de la PAC y «sus débiles mecanismos de actuación», ya que este problema «no se ha resuelto en función de los daños reales que ha sufrido el sector hortofrutícola español», y tampoco, dijo, «se ha restituido la imagen».
En este sentido, el consejero de Agricultura de Murcia indicó que junto a la paralización de los mercados y el hundimiento de los precios, el problema de la crisis alimentaria «ha afectado indirectamente a la marca ‘España'».





















