Los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) aprobaron las primeras conclusiones sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), en las que quedan por resolver las principales incógnitas acerca de su futuro, como el reparto de subvenciones o el dinero que irá a este sector.
El Consejo de Agricultura comunitario respaldó un documento que recoge los debates que ha habido hasta ahora sobre la revisión de la PAC, que se aplicará a partir de 2014 (año en que acaban los actuales presupuestos comunitarios). El texto, que apoyaron 20 países, entre ellos España, habla de una PAC fuerte, con unos fondos adecuados a sus ambiciones y buenas intenciones ecológicas como de cara al productor, pero de una manera muy general. El documento fue rechazado por Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Malta -países más reacios a las ayudas agrícolas europeas- y por Estonia, Letonia y Lituania, que también quieren más igualdad entre los países en el reparto de los pagos.