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Holanda y España abogan por un sector agrícola estratégico

España y Holanda abogan por un modelo de gestión sostenible de los recursos, así como por un sector agrícola «estratégico» que debe mantenerse a partir de 2013 como «proveedor de alimentos» y ayudar a paliar la demanda del Tercer Mundo.

Así lo ha indicado en declaraciones a los medios la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, tras reunirse con su homóloga holandesa, Gerda Verburg, para analizar las prioridades de la próxima presidencia española de la Unión Europea (UE) y, especialmente, las cuestiones relacionadas con la biodiversidad y el futuro de las políticas agraria y pesquera.

Espinosa ha subrayado que «hemos coincido» en varios asuntos relacionados con la importancia estratégica del agricultor en el marco de la Política Agrícola Común (PAC) y su papel en la suficiencia alimentaria y en la sostenibilidad.

Espinosa ha defendido que los profesionales del sector «deben percibir precios que les permitan seguir realizando su actividad» y ha matizado que «hay que seguir avanzando tanto a nivel de cada país como en el contexto de la Unión Europea, a través de medidas comunes a los 27 Estados Miembros» que no contradigan las normas de la competencia.

Por su parte, la ministra de Agricultura, Medio Ambiente y Calidad Alimentaria de Holanda, Gerda Verburg, ha valorado «la excelente posición estratégica» marcada por Elena Espinosa para la presidencia española de la UE, a la que ha calificado de «clara y adecuada», porque los «agricultores son esenciales para garantizar la producción alimentaria en Europa».

Ha adelantado que éste será uno de los temas que debatirá el próximo Consejo de ministros europeos de Agricultura ya que «hay crisis económica y financiera, pero la alimentaria es un problema global que va más allá», y ha matizado que el planeta pasará de 6.500 millones de habitantes actuales a más de 9.000 en los próximos años, «a los que habrá que alimentar».

En este sentido, ha defendido la premisa de que los agricultores tienen que recibir un precio «adecuado» y «justo» por el trabajo que desempeñan, si bien deben desarrollarlo «de forma sostenible», al tiempo que ha abogado por la mayor implicación de la agricultura frente a los efectos del cambio climático.