No hubo solución. La reunión de primeros de septiembre sirvió para que las tesis de las asociaciones agrarias predominasen en el caso Intercitrus, y la Interprofesional Citrícola española seguirá operativa «bajo mínimos», con un presupuesto más reducido y, previsiblemente, con menos personal.
Los representantes de las organizaciones agrarias han reconocido también que se ha planteado un cambio de sede -la actual está en la calle de la Paz de Valencia- con el objetivo de reducir costes.
Hoy se han presentado dos propuestas presupuestarias: una en la que el ahorro respecto al año pasado sería de 5.000 euros y otra en la que sería de 40.000 euros, según ha informado el presidente de Intercitrus.
El cierre de Intercitrus se debe a su mala gestión por parte del equipo directivo, según las asociaciones agrarias, quienes afirman que la figura de Antonio Muñoz no ha sido suficiente para reflotar el barco.