España, Francia e Italia tendrían un déficit significativo, mientras que Grecia muestra un buen nivel de producción. En este sentido, la diferente climatología del año entre la Europa occidental y la oriental explica estas variaciones.
La Europa occidental, después de un enero inusualmente suave, en febrero y marzo se sucedieron las olas de frío, de heladas y de lluvia afectando a los volúmenes y retrasando, probablemente, las primeras cosechas.
El frío afectó algunas variedades de melocotones y nectarinas a finales de febrero. Debido a ello, las variedades tempranas que estaban en plena floración en esta época fueron las más afectadas. También varias tormentas de granizo afectaron muchas zonas productoras (Cataluña, Extremadura, Roussillon, …) causando pérdidas de cosecha.
Por el contrario, en Grecia ningún accidente climático ha afectado hasta ahora a las plantaciones y su producción estará en torno a su potencial productivo.
En Italia, la superficie sigue disminuyendo en las regiones del norte mientras que aumenta en el sur. Los accidentes climáticos de primavera han reducido el potencial de producción de melocotón y nectarina un -16% respecto al año pasado y un -21% por debajo de la media.
La misma situación se da en España con una disminución del-11% y en Francia con un -10%.
Por el contrario, Grecia muestra un aumento de producción del + 19% en comparación con el 2017 y del + 32% en comparación con el promedio 2012/2016.