Uno de los principales objetivos del nuevo proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que asistirá a Argentina, Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, será establecer mapas nacionales de carbono orgánico del suelo y un mapa regional armonizado.
Estos serán herramientas claves para llenar la brecha de información que existe en estos temas en la actualidad, y así fortalecer la capacidad de adaptación al cambio climático y de mitigación de sus efectos negativos en el sector agrícola.
En la región, las amenazas más graves a los suelos en la actualidad son la erosión, la perdida de carbono orgánico y la salinización de la tierra y es clave el asesoramiento a agricultores y usuarios de la tierra que deseen restaurar los terrenos.
Según datos de la FAO, el 14 % de las tierras del mundo expuestas a la degradación están en América Latina y el Caribe, mientras que, a nivel global, 33 % de la tierra ya está degradada,