El Instituto de Comercio Exterior (ICEX), en un informe en el que analiza el efecto de las sanciones rusas en la exportación agroalimentaria española, concluye que si se finalizara el veto, los países afectados «difícilmente podrían recuperar las cuotas de participación que venían manteniendo».
En 2012, España era el tercer proveedor de Rusia de fruta (335 millones de euros) y el sexto de verduras y hortalizas (133,7 millones). El ICEX cifra en 785 millones de euros la caída de las exportaciones agroalimentarias por el impacto de las sanciones rusas solo en 2015 respecto a 2012.
Tras el veto y los primeros episodios de desabastecimiento en 2014, la Federación de Rusia propuso un «plan de autosuficiencia alimentaria» para conseguir en 2020 que el 100 por ciento de los lácteos, cárnicos y hortalizas consumidos se produzcan en el país; para las frutas, el país cuenta con nuevos proveedores de América y África.




















