La productora hortofrutícola ha contado con pérdidas durante siete años consecutivos debido al aumento de los costos y la fuerte competencia internacional, donde Chile y Nueva Zelanda se sitúan como fuertes competencias.
Por ello, el sector de la fruta de pepita en Argentina ha visto reducir la superficie de cultivo en más de 20.000 hectáreas desde el año 2000.