Ante la campaña de internautas chinos para boicotear marcas francesas en el país, el consejero de Agricultura de la delegación de la Comisión Europea en China, Raimondo Serra, ha declarado hoy que, por ahora, no espera que el asunto llegue a tener un gran impacto en el consumo de productos europeos.
«Francamente, me cuesta apreciar la situación en toda su supuesta o verdadera realidad, así que por el momento son ruidos que corren, libres manifestaciones de ideas por internet en China, sobre las cuales no podemos ni tenemos ningunas ganas de oponernos», respondió el consejero, el italiano Raimondo Serra.
Respecto a la posibilidad de que ocurra un boicot significativo, explicó que «no es una situación que tengamos ganas de ver que se produzca, pero tampoco tenemos (hasta ahora) ninguna postura sobre la situación, salvo la de restablecer nuestras posiciones de una manera clara y de utilizar los canales de comunicación que existen».
«Nuestro papel no consiste en ir a la red y debatir con los internautas chinos», señaló, sino en hacerlo «con las autoridades chinas, y eso lo hacemos al nivel apropiado».
En ese sentido comentó que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, acompañado por nueve comisarios, visitará China la próxima semana, y en Pekín se entrevistará con su homólogo, Wen Jiabao, y tendrá una llamada de cortesía con el presidente, Hu Jintao.
De ser necesario, «es a ese nivel como vamos a tratar el problema y como vamos a presentar nuestras posiciones oficiales», precisó Serra, aunque añadió a título personal que «francamente, no creo que pasen muchas cosas».
Serra presentó hoy en Shanghai una serie de actividades de promoción de productos agroalimentarios europeos que la Comisión Europea impulsará en la ciudad china esta primavera, coincidiendo con la feria de alimentación SIAL China.
Interrogado también por varios medios locales sobre la posibilidad del boicot, Serra aseguró que le resultaba «muy difícil responder, porque estamos hablando de emociones, no de hechos», pero destacó que no se ha producido ninguna reacción oficial por parte del gobierno chino contra los intereses europeos.
«Por supuesto, igual que los ciudadanos europeos somos libres de manifestar nuestras ideas, los ciudadanos chinos lo son de manifestar sus comportamientos de consumo», reconoció, «pero si me preguntan a título personal, como ciudadano, no creo que haya un impacto real en el consumo de productos europeos».
Los llamamientos al boicot fueron lanzados por internautas chinos tras las manifestaciones registradas en París durante el paso de la antorcha olímpica y las amenazas del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de no acudir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos si las autoridades chinas no dialogan con el Dalai Lama.
La iniciativa anunciada ayer por el alcalde de París, Bertrand Delanoë, de nombrar al líder tibetano «ciudadano de honor» de la capital francesa, podría echar más leña al fuego del posible boicot contra los productos galos, que afecta especialmente al distribuidor Carrefour, con cerca de 200 centros comerciales en todo el país.