El sector viverista engloba a 674 explotaciones registradas en la comunidad andaluza, de las que 316 están dedicadas a frutales y 358 a especies ornamentales.
Sin embargo, los viveros clandestinos constituyen la principal prioridad, ya que esta actividad supone un «grave riesgo para la calidad del material vegetal ofertado a los agricultores, así como un foco de gran riesgo para la propagación de enfermedades de cuarentena», ha alertado.
En este sentido, Olvera ha destacado los retos relacionados con el material vegetal en viveros y plantas ornamentales, tanto por las exigencias técnicas en el proceso de producción como por las amenazas fitosanitarias, como la Xylella fastidiosa, un patógeno que constituye «una amenaza para la producción agrícola ya que ataca, y puede llegar a destruir, una amplia gama de cultivos leñosos entre los que destaca el olivar».