Campanioni indicó que esa inversión se realiza con un 80 por ciento de financiación de proyectos internacionales y un 20 por ciento de crédito estatal cubano, durante una intervención en el III Congreso de agricultura urbana, suburbana y familiar, que reúne en La Habana a expertos de más de 40 instituciones de 15 países.
El experto cubano señaló que el incremento y diversificación de la producción de alimentos en Cuba es un reto ante las irregularidades de las condiciones climáticas, como la intensa y prolongada sequía que afecta a gran parte del país caribeño.
El programa cubano de agricultura urbana tiene como principal objetivo la recuperación e incremento de los huertos urbanos organopónicos, con el fin de garantizar un surtido de frutas y hortalizas frescas todo el año. La meta es producir en 2019 un volumen de 1,2 millones de toneladas en 10.000 hectáreas.
Cuba dedica unos 2.000 millones de dólares al año a la importación del 80 por ciento de los víveres que consume y, según datos del Ministerio de la Agricultura, el 60 por ciento de esos alimentos que se compran en el exterior podría producirse en la isla.