Todo ello porque han ido desapareciendo al tiempo acuartelamientos, puestos e instalaciones auxiliares del instituto armado en toda España. Cada vez son más los productos «apetecibles para los amantes de lo ajeno», caso de las aceitunas, aceite, maíz, almendras, frutas, tropicales, sistemas de riego, abonos, cobre, aperos de labranza o maquinaria.
Las medidas adoptadas han conseguido importantes resultados en la averiguación de delitos y detenciones practicadas pero, según Asaja, no ha mermado la sensación de inseguridad e impotencia existente en los pueblos.
«Sería de gran ayuda conocer datos concretos sobre número de agentes que operan en el ámbito rural, en qué comandancias o zonas se concentran, si hay puestos vacantes, cuántas patrullas operan en las calles o qué servicios de atención al público ofrecen los cuarteles», ha indicado.