En Chile, en la temporada 2006/07, se cultivaron 6.352 hectáreas con tomates para consumo fresco. Es el tercer cultivo hortícola en importancia según superficie, después del choclo y la lechuga.
El 67% de esa área se cultivó entre las regiones de Valparaíso y del Maule. Destacó también la superficie cultivada en la Región de Arica y Parinacota: 843 hectáreas que representan el 13% del área nacional.
De la superficie total, 1.067 hectáreas se cultivaron bajo invernadero, el 66% de ellas en la Región de Valparaíso y el 13% en la del Maule.
La producción chilena de tomates para consumo fresco se estima en cerca de 300.000 toneladas, de las cuales el 99,9% es destinado al consumo interno, siendo muy pequeño y variable el volumen exportado año a año. Por otra parte, las importaciones son mínimas y esporádicas; por lo tanto, el mercado chileno está determinado fundamentalmente por la oferta interna.
Según un estudio en base al censo de 1997, el 56% de la superficie de tomates estaba en explotaciones de pequeños agricultores; el 24%, en medianos, y el 19%, en grandes.
El tomate es una de las hortalizas de mayor consumo en la población y es parte de la cesta de la compra que se utiliza para medir el IPC. Las variaciones en su precio tienen un alto impacto en la inflación.