El viento puede haber causado daños por efecto del rameado en la fruta, que les provoca rozaduras y el consiguiente deterioro comercial, según ha indicado a Efe la organización agraria.
En naranjas, la producción que queda pendiente de recoger, la de segunda temporada, está entre el 30 y el 50 por ciento del total, y en mandarinas las variedades mejor cotizadas son las que han sufrido los daños.
Según ha añadido, lo poco que quede sano se dejará sin recolectar porque será mayor el gasto.