Dicha estrategia incluye también la subida del consumo de hortalizas de la clase media y alta en Asia y Oriente Medio, a la vez que una mayor demanda por los alimentos con trazabilidad, donde los agricultores australianos tienen la ventaja de contar con productos de calidad y seguimiento en la producción.
Los principales desafíos para el mercado australiano son la falta global de competitividad de precios, barreras técnicas de acceso al mercado y la falta de continuidad del suministro, han revelado fuentes del sector a Fruitnet.
Entre los principales mercados para las exportaciones hortofrutícolas procedentes de Australia se encuentran Japón, Singapur, Emiratos Árabes, Nueva Zelanda y Malasia, entre otros.