En la primera parte de la campaña citrícola hubo "una gran irregularidad comercial" al no adaptarse la oferta a la demanda y por el escaso dinamismo en naranja, limón y mandarina, según el director gerente de la IGP, José Enrique Sanz.
Ello se debió a la alta producción y disminución de calibre, el estancamiento de las ventas por la ausencia de frío en Europa, la presencia en el mercado europeo de cítricos del hemisferio sur (naranjas y mandarinas en octubre y noviembre) y la disminución del consumo por el aumento de la competencia de otras frutas al inicio de campaña en las superficies de venta.
Además, las lluvias de diciembre complicaron más la campaña, lo que dio lugar a "una campaña atípica y muy complicada" para el sector, según ha afirmado Sanz en un comunicado.
El director de la IGP ha destacado la "dura" competencia de terceros países como Egipto, Turquía o Marruecos, y ha reclamado "aunar esfuerzos" de todo el sector en cuanto a promoción para ser más competitivos en los mercados internacionales.