Esa escasa predisposición a ingerir el dulce manjar, en una ciudad que está plagada de sus árboles, hace que por estas calurosas fechas miles de mangos recién caídos se pudran en las calles a la espera de ser recogidos por las brigadas municipales de limpieza.
La acumulación de mangos descompuestos adquirió tal envergadura que la Municipalidad de Asunción puso en marcha el "mango móvil", un camión destinado exclusivamente a recoger del suelo la fruta. Desde que comenzó esa labor, hace unos 23 días, el camión ha recolectado 670.000 kilos de mango y se espera que la cifra supere el millón de kilos a finales de mes, cuando finalice la temporada, dijo a Efe Rodrigo Velázquez, director del Servicio Urbano de la Municipalidad.
Velázquez reconoce que se trata de una solución incompleta, puesto que toda esa montaña de mangos acaban en la escombrera sin ser aprovechados nutricional o comercialmente, como en el resto de países que lo producen. En ese sentido, Velázquez señaló que desde la Municipalidad estudian la creación de un plan piloto que salve a esos mangos de su descomposición final en el vertedero, con una salida comercial o su reparto en penitenciarias o centros de asistencia.
"El paraguayo no es propenso a comer fruta, además hay cierta superstición sobre el mango, como que no puede ser comido con otros productos como la leche", dijo Velázquez. Sin embargo los hábitos están para cambiarlos, como se mostró a principios de enero en la ciudad de Areguá, a unos 28 kilómetros de Asunción, que celebró el Festival Gastronómico del Mango, una propuesta de helados, yogures, zumos y licores a base de mango.