Una encuesta realizada en Minnesota a 2.500 adolescentes ha encontrado que los niños ingieren más frutas y hortalizas cuando estos productos se encuentran en lugares accesibles y fácilmente disponibles. Además, los padres que consumen con asiduidad estos productos animan a su ingesta al resto de la familia.
De forma peculiar, la ausencia de un horario regular para las comidas en familia obtuvo una asociación positiva en el consumo de frutas y verduras en adolescentes. No obstante, la combinación de un horario regular y las prácticas de consumo saludable tuvieron la principal asociación positiva en la ingesta de frutas y verduras en los jóvenes, según indica Allison Watts, autor del estudio perteneciente a la Escuela de Salud Pública de Minneapolis en la Universidad de Minnesota.
En el caso de que no sea posible mantener un horario regular para las comidas familiares, habría que asegurar que frutas y hortalizas están al alcance de forma accesible para los niños, alentando de esta forma su consumo.
Los investigadores realizaron encuestas en diferentes centros educativos de Minneapolis y, de forma general, los adolescentes tomaban una media de 3,7 porciones de frutas y verduras al día, una cantidad menor a las cinco porciones recomendadas, publica la agencia Reuters.
Sin embargo, cuando las comidas familiares se realizan con mayor frecuencia, el consumo de frutas y verduras aumenta a 4,2 porciones diarias.
El estudio es de tipo observacional y no pretende demostrar que situaciones como las comidas en familia pueden ser hechos que deriven obligatoriamente hacia hábitos alimenticios saludables en los niños.
Otro factor que también influye es el poder adquisitivo, ya que las familias con ingresos más bajos tienen una menor accesibilidad a frutas y verduras frescas.
Este estudio ofrece cierta visión de forma que la accesibilidad a frutas y verduras puede influir hacia conductas alimenticias más saludables.