Más de cuatro meses después, el panorama político-económico sigue plagado de incógnitas, como cuál será el efecto tangible del "brexit" en el poder adquisitivo y en el día a día de los británicos.
"Probablemente la aguda caída de la libra será una tendencia duradera, teniendo en cuenta que tanto el impacto como la incertidumbre que rodean al ‘brexit’ encarece las importaciones y aumentará la inflación en el país", declaró a Efe Andrew Scott, profesor de Economía de la London Business School.
Según este experto, "un mayor coste de la vida (en el Reino Unido) afectará al consumidor y, obviamente, le obligará a renunciar a ciertos productos importados".
Este país produce alrededor del 60 por ciento de los productos alimentarios que consume, pero tan sólo el 15 por ciento de la fruta fresca y el 55 por ciento de las verduras que venden los comercios son producidos aquí, siendo la mayor parte del resto importaciones de mercados de la UE.
Asumiendo que el IVA continúe situándose en el 20 por ciento y que la libra no deje de perder terreno, los analistas estiman que el coste de productos como la fruta o el vino -que en su 40 por ciento es importada- se encarecerán notablemente.
Ya se predijo que una victoria a favor de la salida arrastraría subidas importantes en productos de importación, que derivarían en aumentos en los precios para los consumidores.
En esta línea, antiguos consejeros delegados de otras cadenas de supermercados británicos como Sainsbury’s, Asda, Morrisons, Marks & Spencer y B&Q advirtieron de los efectos que provocaría la depreciación de la libra -junto con alteraciones en la cadena de distribución- con consiguientes aumentos en los costes para los clientes.