Dicho comité, en el que participan también asociaciones civiles y del sector privado, ha aprobado por unanimidad una lista de recomendaciones para vincular a los agricultores familiares con los mercados.
El documento, de carácter voluntario, incluye la promoción de acciones como dotar a esas personas de información más transparente sobre los precios de mercado o comprarles alimentos para programas públicos destinados, por ejemplo, a la alimentación escolar.
El secretario general del movimiento de campesinos de África occidental (ROPPA), Nazirou Sall, aceptó esa guía, pero destacó en su intervención que necesitan sobre todo infraestructuras que faciliten la conservación de sus productos desde que se cultivan hasta que se venden y acceso al crédito para desarrollar su actividad.
La activista Taina Hedman, del llamado Consejo internacional de tratados indios, matizó que falta por determinar mejor los impactos que tienen los mercados internacionales en la actividad de los pequeños productores y evitar la concentración empresarial.
En el texto adoptado se reconoce que los agricultores familiares pueden estar sometidos a prácticas y condiciones "injustas" en los mercados globales.
Aunque todos los países dieron su aprobación, algunos quisieron añadir observaciones.
Argentina pidió soluciones para sortear obstáculos en el acceso a los mercados como los aranceles y subsidios a la exportación existentes.
Por otro lado la India defendió su programa para comprar alimentos a sus productores a precios inferiores a los del mercado y la Unión Europea destacó los puntos que llaman a invertir más en las infraestructuras y la formación de los campesinos.
Más del 80 % de los pequeños agricultores (que en total son casi 500 millones de personas en el mundo) operan en mercados locales y domésticos, por donde transitan la mayoría de los alimentos que se consumen.
Las organizaciones civiles representadas en Roma destacaron en un informe cómo los mercados territoriales permiten vender los alimentos a nivel local, nacional o regional estrechando la separación entre productores y consumidores finales.
En mercados como los de Pout (Senegal), de Xin Fa Di (a las afueras de Pekín) o los ecológicos de Nueva York, los productores tienen la posibilidad de controlar más los precios y obtener mejores ingresos que cuando acceden a las grandes cadenas de distribución, según esos grupos, que también destacaron su contribución a nivel social y cultural.