La recolección se iniciará a finales de septiembre, extendiéndose hasta mediados de octubre, explicó a Efe el director técnico de la marca de garantía, José Ignacio Velasco.
Y la campaña será especialmente mala para los veinte productores asociados al Valle de las Caderechas, con una cosecha que no llegará a los 50.000 kilos de manzana recogida.
Velasco pronostica de este modo la "peor" temporada de los trece años de historia de la marca de garantía, teniendo en cuenta que en temporadas anteriores se han alcanzado los 150.000 kilos de fruta.
La floración se vio especialmente afectada por las lluvias y las bajas temperaturas de la primavera, y a ello se sumó un verano muy caluroso en plena época de maduración.
Esa combinación ha sido muy perjudicial para la manzana reineta, explicó el director técnico, por lo que la fruta será también de pequeño tamaño, aunque más fácil de conservar.
Por lo que respecta a la calidad de la manzana, los productores confían en que pueda ser buena, si bien no se sabrá hasta que no se inicie la recolección.
José Ignacio Velasco reconoce que ya no se puede hacer nada para salvar la temporada, solo esperar a que las previsiones no empeoren.
Sin embargo, el director técnico recordó que no todo son malas noticias en la marca de garantía Valle de las Caderechas.
La campaña de cereza ha sido "razonablemente buena", a pesar de la caída de la producción, puesto que se han certificado 135.000 kilos de fruta, un 20 por ciento más que en 2015.
Además, el precio ha sido "razonable" durante toda la temporada, sobre todo a finales de agosto, ya que la cereza de Las Caderechas era prácticamente la única que se podía adquirir en los mercados.
El director técnico destacó la buena acogida que la marca ha tenido en Madrid, un mercado con "potencial" y que valora mucho la fruta burgalesa.
Por ese motivo, Velasco reconoce que están "satisfechos" con la campaña de cerezas, una vez la marca de garantía no se haya visto afectada por la reducción generalizada de la producción.
Los árboles venían menos cargados, favoreciendo una cosecha con calma y evitando tener que dejar fruta sin recoger, como en años anteriores, explicó Velasco.