"Esto es más que una nueva ley. Es una política pública histórica para el país y una regulación inédita en el mundo", afirmó la mandataria, quien añadió que la medida es "sólo comparable con los esfuerzos que Chile implementó hace 50 años, cuando enfrentó la desnutrición infantil".
"Medio siglo más tarde la lucha es contra la obesidad y el sobrepeso, y enfrentamos condiciones diferentes de las que debemos hacernos cargo. Es un problema real: la mitad de los niños y niñas de primer año básico tienen exceso de peso y somos país líder en índices de obesidad en Latinoamérica", subrayó Bachelet.
La medida es equiparable a las puestas en marcha por el Reino Unido y Ecuador, quienes en 2012 y 2014, respectivamente, comenzaron a clasificar sus alimentos con la misma motivación.
En el caso de esos países, el etiquetado fue denominado "semaforización de alimentos", pues advertencias son transmitidas en color verde, amarillo o rojo, dependiendo del contenido calórico de los productos.
En el caso del Reino Unido, ya tenía el mayor número de productos con una clasificación frontal de Europa cuando en 2012 decidió adoptar las nuevas advertencias.
Por su parte, Ecuador aprobó en 2014 un nuevo reglamento sanitario de señalización de alimentos. Según datos, publicados el año pasado, seis de cada diez ecuatorianos están en riesgo de salud por problemas alimenticios que derivaban en sobrepeso u obesidad.
Ambos son dos de los mayores problemas de salud que azotan al continente americano. Según datos de mayo de 2015 publicados por el Frente Parlamentario Contra el Hambre (FPH), tres de cada cuatro latinoamericanos sufren ese problema.
En especial, la organización señaló a México, Chile, Guatemala y Ecuador como los países con mayor riesgo.
Chile es el segundo país con más obesos de América Latina y presenta una de las tasas más altas de obesidad infantil, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).
El 9,5 % de los menores de cinco años son obesos, según la FAO, mientras que el Ministerio de Salud de Chile (Minsal) señala que más de un 30 % de los niños y niñas de cero a siete años sufren de exceso de peso.
Con la nueva ley, desde hoy no se podrán vender productos alimenticios con nutrientes llamados "críticos" que se promocionen con juguetes, como sucede con el "Kinder Sorpresa" o la "Cajita Feliz" de McDonald’s, que contienen alta cantidad de sal, azúcar y grasas saturadas.
Según el jefe del Departamento de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, Tito Pizarro, esos productos no pueden ser entregados con un gancho comercial, aunque ambas empresas han objetado la prohibición y anunciado recursos para tratar de revertirla.
Para Michelle Bachelet, la norma va más allá de restringir la venta de productos poco saludables en los colegios, de colocar octógonos negros en los envases (advertencias de altos contenidos en grasas saturadas, azúcar, sodio o calorías) o regular la publicidad de los alimentos.
Se trata, dijo, de "una acción contundente y coherente que enfrenta varios factores que facilitan la mala alimentación y el sobrepeso o la obesidad", a la que definió como "una enfermedad silenciosa que limitará seriamente el futuro de niños y niñas".
Con ella, el gobierno aspira a disminuir el consumo de alimentos con exceso de calorías, grasas saturadas, azúcar o sodio y que los adultos se informen antes de comprar alimentos.
"No se trata de prohibir, queremos asegurar el derecho a escoger lo que es más sano para ellos y sus familias", destacó la presidenta de Chile.