Internacional

El FFC une el transporte hortofrutícola entre Medio Oriente y Norte de Europa

Treinta contenedores con patata han llegado al puerto de Venecia desde Israel y seguidamente han sido cargados en un convoy ferroviario con destino directo a Rotterdam.

Este proyecto intermodal combina el barco y tren y ha sido cofinanciado por la Unión Europea con 10 millones de euros con el objetivo de apoyar, experimentar e implementar servicios de transporte rápido para los productos frescos procedentes de Israel, Jordania y Palestina.

El contenedor refrigerado vía ferroviaria tarda 32 horas en llegar desde su llegada a Venecia al puerto de Rotterdam. "Toda la parte portuaria ha ido según las previsiones y no ha habido ningún problema desde el punto de vista logístico y por parte de los controles fitosanitarios", explica Alberto Lisotti, responsable de logística intermodal del puerto de Venecia, a Italiafruit News.

Lisotti explica cómo a través de este sistema intermodal sea posible reducir el tiempo de llegada a destino en Rotterdam de 6-7 días, frente al viaje por vía marítima. Un lapso temporal que, si se consideran productos perecederos como frutas y hortalizas, supone un paso importante. "Pero algunos de los contenedores tienen como destino los países escandinavos – añade Lisotti – y entonces el ahorro de tiempo puede ser de 16-17 días gracias a la combinación marítima-ferroviaria".

El proyecto ‘Fresh Food Corridor’ prevé realizar este año otros dos viajes más de prueba que tendrán lugar en las próximas semanas, y luego otros tres en 2017. También se está trabajando para garantizar la carga del transporte en el viaje de vuelta, como es la distribución de fruta tropical que procede de Latinoamérica y que hace escala en el puerto de Rotterdam. Además de frutas y hortalizas también se podrían transportar otros alimentos y productos que precisan refrigeración.

Este nuevo corredor de transporte desde los países de Medio Oriente hasta el Norte de Europa supone un beneficio medioambiental al reducir las emisiones de CO2, ya que los generadores del sistema de refrigeración tendrán alimentación cinética, por el que se producirán cero emisiones y un sistema de transporte sostenible.