Más de 800 personas, entre investigadores, científicos, productores, empresarios, ingenieros y técnicos de 34 países de los cinco continentes, participan en este congreso organizado por la Corporación Bananera Nacional de Costa Rica (Corbana) en coordinación con la Asociación para la Investigación y el Manejo Integral de los Bananos y Plátanos (Acorbat).
La necesidad de combatir eficazmente las plagas y enfermedades del banano y el plátano, especialmente el hongo Fusarium raza 4, ocupa un lugar destacado en el programa del congreso, que se complementa con una exposición de empresas del sector.
El gerente general de Corbana, Jorge A. Sauma, se refirió a los "enemigos naturales que se ciernen como sombras" sobre los cultivos de banano y a la necesidad de elaborar una estrategia conjunta para enfrentar con éxito la amenaza del Fusarium raza 4, que aun no ha llegado a América Latina y el Caribe.
A juicio de Sauma, es clave que las autoridades de los países apliquen la cuarentena fitosanitaria oficial de manera estricta.
El presidente de la Junta Directiva de Corbana, Eduardo Gómez, destacó la facilidad para propagarse del Fusarium raza 4 y señaló que esa es la razón de que este congreso, que se celebra cada dos años, tenga lugar en Miami, donde no hay cultivos de la musácea que produce la fruta más popular en el mundo.
"Es un reto que nos llama a todos a actuar", indicó Sauma, que fue el primer orador del congreso inaugurado oficialmente por el ministro de Agricultura de Costa Rica, Felipe Arauz.
Al inicio los asistentes, puestos en pie, guardaron un minuto de silencio por las víctimas y damnificados por el terremoto registrado en Ecuador, que causó más de 400 muertos, numerosos heridos y daños materiales cuantiosos.
Tras subrayar que los actuales son tiempos difíciles para la industria bananera, Gómez resaltó la importancia de promover cada vez más la investigación científica en torno al banano y el plátano.
Según señaló, el conocimiento que hoy se tiene es "enorme" y proviene sobre todo de investigaciones promovidas por la propia industria, pero reforzando el "triángulo virtuoso" de la colaboración gobierno-academia-empresa privada se puede lograr más.
Gabriel Elejalde, presidente de Acorbat, destacó la necesidad de una mayor transferencia de tecnología entre los países que forman parte de la economía del banano y la importancia de ese cultivo para garantizar la seguridad alimentaria a nivel global.
La producción mundial de banano está actualmente en 107 millones de toneladas anuales, de las cuales 60 millones corresponden a Asia, 27 millones a América, 17 millones a África y 3 millones a Europa y Oceanía, según cifras divulgadas por Elejalde.
En la sesión inaugural del congreso salieron a relucir los temas que hasta el viernes van a tratar los especialistas y técnicos: impacto del cambio climático, enfermedades y plagas, pérdida de fertilidad de los suelos, pesticidas y agroquímicos, y producción sostenible desde el punto de vista económico y medioambiental.
También se hablará de comercialización y transporte, de precios y de mejora genética del banano.
Al inaugurar la que es considerada la más importante reunión internacional sobre el banano y el plátano, el ministro Arauz subrayó que hay que empezar a pensar en una adaptación a largo plazo al cambio climático, pues "los eventos extremos se hacen cada vez más frecuentes".
A su juicio, la respuesta a los desafíos agrícolas se resume en más conocimiento y más cooperación internacional y "el sector bananero es el que está más a la altura" para enfrentarlos.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el banano se da en más de 130 países y es la fruta más popular y el cuarto cultivo más extenso en el mundo.
En 2014 las exportaciones a nivel global alcanzaron un valor aproximado de 11.000 millones de dólares, de los cuales más de la mitad correspondió a América Latina y el Caribe, según fuentes del sector.
Ecuador es el mayor exportador mundial. En la región le siguen como principales exportadores Costa Rica, Colombia, Guatemala, República Dominicana. Honduras y México.