Desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) han asegurado a EFE que en general las precipitaciones han sido muy positivas para la agricultura porque suponen un riego adicional y limpian los árboles.
No obstante, son insuficientes porque se arrastra un déficit de agua de casi tres años y, según La Unió de Llauradors, lo ideal sería que lloviera todavía más en los próximos meses ya que en verano es difícil tener lluvias con cantidades relevantes.
Desde el otoño había campos en la Comunitat Valenciana en los que el único aporte hídrico ha provenido del agua del riego, y el mes de marzo no ha sido un mes especialmente húmedo pero, según Aemet, aun así llovió el doble que en todo el periodo comprendido entre diciembre a febrero, indican desde La Unió.
En las zonas de regadío, la falta de agua causa un incremento de los costes por bombeo del agua, al disminuir el nivel freático de los acuíferos.
Además de para ahorrar algún riego y limpiar los árboles de posibles plagas, el agua servirá para recargar los acuíferos, aumentar el calibre del fruto en algunos casos y regenerar los pastos.
La lluvia ha sido positiva para todos los cultivos tanto de regadío como de secano: cítricos, cereales de invierno, viña, olivar y frutos secos, han indicado las asociaciones agrarias.





















