El grupo navarro IAN sumó unas ventas netas de 140,3 millones en 2015 sólo de su segmento de verduras envasadas, un 25,3 por ciento más que un año antes, y cifra unas exportaciones a países como EEUU, Canadá, Rusia, Europa o Chile de 54,2 millones de euros, un +45,7 por ciento que en el ejercicio anterior.
En 2015, esta compañía destinó 2,84 millones de euros a inversiones medioambientales en sus distintas plantas, un desembolso que para este año crecerá previsiblemente hasta 3,5 millones.
También desde la firma riojana Florette califican este segmento de "dinámico", con unas ventas de 137 millones de euros de sus verduras envasadas en 2015, un 13 por ciento más que en 2014, según el director general para España, Juan Miguel Floristán.
El grupo exporta paquetes de verduras a los países más próximos como Francia, Reino Unido y Portugal; "genera fuera un 10 por ciento de los ingresos", ha explicado Floristán.
Para este año, el directivo pronostica un aumento de las ventas del 5 por ciento respecto a 2015, fabricar más de 150 millones de bolsas anuales de verduras (más de 500.000 bolsas día) e invertir en investigación y desarrollo siete millones de euros.
La empresa de congelados La Sirena prevé elevar sus ventas de verduras envasadas un 2 por ciento este año, al haber comenzado a comercializarlas con la marca Findus desde febrero, tal y como ha avanzado a Efeagro su director general, Francesc Casabella.
"Nos faltaba una primera marca para vender este tipo de producto", por lo que a partir de ahora la firma estima revertir los resultados de este segmento que el pasado año fueron negativos (-4 %)", ha indicado Casabella.
Las ventas de verduras congeladas con su marca de distribución se cifraron en 10 millones de euros, lo que supuso un 6,5 por ciento del total de su facturación.
En el caso del Grupo G’s España, también calcula tener un buen comportamiento para este año con su producto estrella, "Love Beets", remolachas cocidas marinadas, inventadas por el matrimonio Guy y Katherine Shropshire, que comercializa desde el pasado verano en las tiendas de Consum y Carrefour.
Tras comprar una fábrica de remolachas abandonada, la pareja empezó a investigar distintos procesos con las remolachas, marinándolas e infusionándolas con diferentes sabores.