En este servicio se entregaron naranjas, mandarinas, pomelo y patatas desde Israel hasta el puerto de Rotterdam antes de que fuera enviado a clientes situados en otros puntos del norte de Europa, publica Eurofruit.
La planificación de este servicio ferroviario no ha sido tarea fácil, ya que organizar un volumen de carga suficiente para atraer y mantener los costes de transporte hasta un nivel sostenible ha sido un importante desafío, así como garantizar unas condiciones de temperatura óptimas para el transporte de la mercancía.
En los próximos meses se trabajará para acortar el tiempo de tránsito, así como gestionar carga para el retorno antes de tomar una decisión definitiva sobre la viabilidad de este servicio.