El British Journal of Nutrition ha concluido que la producción ecológica puede incrementar los nutrientes esenciales de los alimentos. Otro estudio publicado en la misma edición en el año 2014 revelaba que los cultivos ecológicos, desde la zanahoria hasta el brócoli o la manzana y el arándano, contienen una mayor concentración de antioxidantes y otros compuestos potencialmente beneficiosos. Este resultado se obtuvo de más de 300 estudios.
Por ejemplo, los cultivos orgánicos presentaban alrededor de un 50 por ciento más de antocianinas y flavonoles respecto a los productos convencionales. Las antocianinas con compuestos presentes en las hortalizas y frutas, como el arándano.
La ingesta de estos compuestos está vinculada a una serie de beneficios, incluyendo los efectos antiinflamatorios. Por su parte, los flavonoles, encontrados normalmente en frutas y hortalizas, protegen a las células de posibles daños, lo que ayudaría a prevenir enfermedades, publica .
Ante esto se realiza la pregunta de cómo se explica este contenido en antioxidantes y compuestos beneficiosos en los cultivos ecológicos. Los cultivos orgánicos tienden a estar expuestos a altos niveles de estrés, donde se incluyen los ataques de insectos, por lo que se forman compuestos que ayudan a combatir el estrés.
Por ejemplo, si una mosca de la zanahoria aterriza sobre ésta, ¿qué opciones tiene la planta ante esta situación? Los investigadores concluyen que una zanahoria cultivada de forma convencional puede aplicársele un pesticida para repeler la plaga. Sin embargo, en la agricultura ecológica la hortaliza tiene que valerse por sí misma. De esta forma, la zanahoria genera un compuesto conocido como polietileno que produce un sabor amargo a la mosca de la zanahoria. Dicho compuesto puede ayudar a que la mosca abandone el cultivo y además beneficia al cuerpo humano.
En la investigación con animales, este compuesto sugiere que puede desempeñar un papel en la reducción de inflamaciones y ante el riesgo de cáncer, pero no está claro la cantidad a ingerir para que obtenga beneficio en la salud humana.
La investigación actual pretende abordar esta cuestión, aunque la respuesta es complicada, ya que el cuerpo humano no puede absorber todos los nutrientes que ingerimos, publica National Public Radio (NPR).
Otro aspecto que diferencia la producción convencional de la ecológica es la forma en la que la planta obtiene el nitrógeno, ya que los convencionales reciben dosis constantes de nitrógeno procedentes de fertilizantes sintéticos, mientras que en el orgánico depende de la rotación de cultivos y el compost, ya que normalmente hay menos nitrógeno disponible.
Como resultado, los cultivos ecológicos tienden a crecer más lentamente y producir más, lo que los científicos denominan como metabolitos secundarios de las plantas. Dichos compuestos también pueden ser beneficiosos para la salud al ingerirlos.
Otros estudios
Un estudio elaborado por la Universidad de California en el año 2008 encontró que los tomates ecológicos presentan cerca del doble de concentración de flavonoide, conocido como quercetina, respecto al cultivo no orgánico.
Otro de los beneficios del ecológico es el bajo nivel de residuos de plaguicidas y una menor concentración de metales cadmio. Ante todos descubrimientos, Carlo Leifert, profesor de agricultura en Newcastle, sugiere que existen multitud de beneficios para comprar y consumir productos ecológicos, ya que ofrecen una mayor cantidad de antioxidantes y ácidos grasos omega-3.
Sin embargo, la Universidad de Stanford publicó hace años que no existe un evidencia consistente de las frutas y hortalizas ecológicas sean más nutritivas en general. Estudios recientes señalan que aunque los cultivos orgánicos contienen niveles más elevados de antioxidantes, no presentan las tasas más altas de vitaminas. Por ejemplo, la cantidad de vitamina E entre el convencional y el ‘eco’ no presenta gran diferencia, e incluso en algunos casos presentan menos cantidad de proteínas.
Para la mayoría de la población norteamericana que no ingiere la cantidad de frutas y verduras recomendada de forma diaria, lo importante no es el método de cultivo, sino incorporar esos frutos a su alimentación.
No obstante, si el consumidor opta por el beneficio ambiental de la agricultura orgánica, los estudios apuntan sus posibles beneficios nutricionales, principalmente para incrementar antioxidantes y micronutrientes.
