Los detenidos, cuatro de nacionalidad rumana y uno española, se encuentran en disposición judicial y se les imputa delitos de pertenencia a grupo criminal, trata de seres humanos y contra el derecho de los trabajadores, según ha informado este sábado el instituto armado.
En el marco de la operación Empalador-Tepes, los agentes han realizado doce inspecciones en centros de trabajo, donde se ha identificado a más de 300 personas y se ha liberado a cinco trabajadores rumanos que vivían hacinados en una vivienda de la localidad valenciana de Lliria.
Precisamente son los ciudadanos rumanos las principales víctimas de la trata de seres humanos con fines de explotación laboral en el ámbito agrícola al constituir más de un 40 por ciento del total de víctimas extranjeras.
Además, según datos de la Guardia Civil, los autores de este tipo de delitos también proceden en su mayoría de Rumanía.
La inspección tuvo lugar en la explotación agrícola de naranjas en la localidad valenciana de Pobla de Vallbona, donde las víctimas eran sometidas a "deplorables" condiciones de trabajo y eran obligados a vivir "de forma infrahumana" en la buhardilla de una vivienda.
Las víctimas eran captadas mediante promesas de trabajo en España, donde finalmente trabajaban en la campaña de recolección de productos agrícolas en "condiciones de especial penosidad, fuera de toda protección social y laboral".
Según la Guardia Civil, el ámbito agrario es uno de los sectores más sensibles en cuanto a la comisión de delitos de explotación laboral y fraude a la seguridad social.
La operación se enmarca dentro de la actuación conjunta que desarrollan la Guardia Civil y la Policía Rumana para prevenir y perseguir los delitos relacionados con la trata de seres humanos y la explotación laboral y con el objetivo de dar protección a las víctimas que trabajan en la recolección de cítricos en la zona levantina.