Nacional

Fabrican envases biodegradables para alimentos con actividad antimicrobiana

Investigadores de la Universidad de Huelva han logrado fabricar envases con propiedades antimicrobianas a partir de materiales biodegradables que pueden alargar la vida útil de los alimentos al reducir la proliferación de hongos y bacterias que se generan durante su almacenamiento.

Para ello, estos investigadores, pertenecientes al departamento de Ingeniería Química de la Onubense, han añadido aceites esenciales de clavo, canela y tomillo blanco a un plástico obtenido a partir de proteína de gluten de trigo y con ello abren la puerta al desarrollo de plásticos obtenidos a partir de recursos renovables o bioplásticos ‘a la carta’, destinados al embalaje de todo tipo de productos.

Para el diseño de estos envases con actividad antimicrobiana se han necesitado dos componentes fundamentales: un polímero, en este caso, la proteína de gluten de trigo, y un biocida, es decir, una sustancia que neutraliza o disminuye el desarrollo de microrganismos nocivos para el hombre, ha informado la Fundación Descubre en un comunicado.

En esta investigación, los expertos onubenses han seleccionado ocho aceites esenciales derivados de plantas aromáticas que, tradicionalmente, se usan como conservantes naturales a los que han sumado dos principios activos extraídos de los aceites: cinamaldehído, de la canela, y carvacrol, del tomillo.

"Queríamos comprobar si estas sustancias, aisladas, tenían mayor efecto que los propios aceites. El objetivo es elaborar bioplásticos, cien por cien naturales, como alternativa a los plásticos derivados del petróleo. Y con un valor añadido, en concreto, con propiedades antimicrobianas que alarguen la vida útil de los productos envasados", ha explicado la investigadora de este proyecto, Inmaculada Martínez García, de la Universidad de Huelva.

Para evaluar la capacidad antimicrobiana de los aceites ante hongos y bacterias, los expertos realizaron dos estudios diferentes: uno poniendo en contacto directo el bioplástico se puso en contacto directo con los microorganismos y el otro colocando el bioplástico sobre la tapa que cubre la placa de cultivo.

Los resultados demostraron que seis de los diez biocidas cumplían su función, siendo de ellos, los más potentes, tanto para hongos como para bacterias, la canela, el clavo y el tomillo blanco, además del principio activo cinamaldehído.

Las sustancias más efectivas también mostraron su capacidad para formar atmósferas antimicrobianas: "El biocida es volátil, es decir, a temperatura ambiente, se evapora. Se va liberando, en el tiempo, del plástico. Hemos visto que este fenómeno se produce incluso cuando no hay contacto directo con el cultivo: el aceite liberado crearía una atmósfera, que protege el producto", ha afirma Martínez.