El estudio analiza el comercio, la oferta y la demanda en el país latinoamericano y concluye que puede ser un mercado al que "enfocar" los envíos agroalimentarios de España.
Entre otros motivos, subraya que aunque se trata de un país con muchas diferencias sociales, cada vez tiene una "mayor clase media" y, en consecuencia, muchos consumidores potenciales.
Añade que los alimentos españoles son conocidos pero todavía no están "democratizados" en Chile, si bien son considerados productos "de buena calidad".
España exporta al mercado chileno, sobre todo, alimentos preparados con mayor valor agregado, debido a que el país es una potencia agroalimentaria pero la mayor parte de su producción se basa en materias primas con poca transformación.
Chile vende al exterior principalmente pescados, frutas o carnes, mientras que España exporta a ese país alimentos elaborados, cacao, verduras preparadas -categoría que incluye las aceitunas- y cárnicos, como embutidos, jamón o chorizos, según el ICEX.
El informe también resalta que el país tiene "ventajas inigualables para la producción" y es uno de los cinco lugares del mundo con clima mediterráneo, junto con Estados Unidos, España, Sudáfrica y Australia.
Esto significa que allí es fácil obtener alimentos como aceite de oliva, vino, frutas y verduras.
Otro factor importante, según el estudio, es la ubicación geográfica de Chile en Sudamérica, que permite que su producción de alimentos sea en "contraestación" respeto a los principales centros de consumo del hemisferio norte.
Además, su longitud hace posible la obtención de "producciones escalonadas" con un período de exportación amplio por su diversidad de climas.
El estudio recomienda a las empresas españolas interesadas en ese destino la asistencia a ferias, una buena web y una estrategia de redes sociales.