En un comunicado, AVA-ASAJA informa de que han remitido un escrito a todos los ayuntamientos de la provincia de Valencia, en los que les solicita que aprueben en sus plenos mociones dirigidas tanto al gobierno central como a la Generalitat para la puesta en marcha de una serie de medidas compensatorias para aliviar esta situación.
La organización pide a los ayuntamientos valencianos que exijan a los ministerios de Economía, Hacienda y Agricultura la aplicación del módulo cero en la declaración del IRPF correspondiente a 2015, para los agricultores y ganaderos afectados por los elevados costes por riegos adicionales o por los trastornos vegetativos en sus cultivos durante los años 2015 y 2016.
Asimismo, reclama la exención del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) Rústico para todos aquellos términos municipales que hayan sido víctimas de esa misma coyuntura adversa tanto en 2015 como en 2016, al tiempo que solicita la puesta en marcha de créditos bonificados para los agricultores y ganaderos que se encuentren en esta difícil coyuntura.
Por último, insta a los consistorios valencianos a dirigirse a la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural para pedir ayudas específicas por hectárea para los municipios afectados por las consecuencias de esta evolución negativa y anómala del clima.
Del mismo modo reclama un mayor apoyo financiero para favorecer la contratación del seguro agrario, y la puesta en marcha de un plan para la modernización del regadío que contribuya a paliar el déficit hídrico estructural que padece la Comunitat Valenciana.
A través de la petición a los ayuntamientos para que aprueben estas mociones, señala el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, se pretende que "los consistorios se impliquen a fondo en la defensa del sector agropecuario, puesto que no en vano las actividades vinculadas al campo juegan un papel fundamental en el mantenimiento de las economías de nuestros pueblos".
La semana pasada, esta organización agraria hizo público un estudio en el que desvelaba que la sequía y las temperaturas anormalmente altas de este invierno han obligado a los agricultores a acometer toda una serie de riegos adicionales para salvar sus cosechas que les han generado un sobrecoste de seis millones de euros.
En este sentido, Aguado recuerda también que la particular evolución del clima está produciendo alteraciones negativas en el ciclo vegetativo de cultivos como los cítricos, los frutales y las hortalizas, y alerta sobre los futuros problemas de floración que pueden sufrir la viña, el olivo o los frutos secos y de hueso debido a la falta de las suficientes horas de frío durante este invierno.