El acuerdo adoptado faculta a la junta para iniciar los trámites para el estudio y formulación de memorias y anteproyectos de la ampliación del regadío social, según ha informado el ayuntamiento de Mequinenza.
Una vez se dispongan de todos los datos se convocará una nueva asamblea para decidir si se continúa con el proyecto.
El objetivo es ‘mantener a raya los costes energéticos’ de los regadíos por bombeo, según el presidente de la Comunidad de Regantes, Antonio Sanjuán.
Con las actuales 1.100 hectáreas de cultivos a plena producción el sistema se encuentra al límite de aprovechamiento de las horas valle de tarificación eléctrica.
Un nuevo incremento de hectáreas regables, algo que se producirá en breve, obligará a utilizar un horario con una tarificación superior incrementando, por tanto, los costes de producción.
Según los cálculos aportados en la asamblea, al completarse las 1.534 hectáreas previstas, los costes por potencia contratada para hacer frente a la demanda se incrementarían hasta un 300 por ciento mientras que la energía consumida lo haría hasta en un 200 por ciento.
Porcentajes que se traducen en unos 175 euros por hectárea y año más de gastos reduciendo la rentabilidad de las explotaciones.
Una situación que ha obligado a la Comunidad a "mover ficha para hacer frente al inevitable incremento de costes energéticos’.
La propuesta inicial pasaría por aumentar la capacidad de bombeo con un segundo punto de captación y una segunda tubería de mayor diámetro, construir un nuevo embalse a una cota mayor y que se abastecería por bombeo del actual, lo que permitirá regar por presión natural a cualquier hora además de ampliar la zona regable en unas 1.000 hectáreas, y plantear la utilización de energías renovables.
Según el ayuntamiento, con estos elementos podrían mantenerse los aproximadamente 7 céntimos de euro que cuesta bombear un metro cúbico de agua desde el embalse de Mequinenza para regar cultivos de alto valor añadido en la zona que generan empleo.





















