De hecho, la oferta de las fruterías madrileñas ya se ha coloreado con violetas lombardas para servir con el besugo u otro pescado en Nochebuena, y las de Navarra y La Rioja cuentan con el cardo fresco, producido en la comarca de La Ribera y que se consume como primer plato cocido y sofrito con ajo y con una bechamel ligera.
Los aperitivos que reposan en endivias y las ensaladas con una base de digestiva escarola rizada y salpicadas de granada y frutos secos son otros de los productos hortofrutícolas más demandados estas fechas, según «5 al día», una asociación que fomenta el consumo diario de frutas y hortalizas frescas.
El responsable hortofrutícola de la asociación agraria COAG, Andrés Góngora, añade como productos navideños de la huerta española los tomates tipo cherry y raf, los pimientos tipo piquillo para rellenar y las setas de temporada, así como el espárrago, que esta vez, debido a su baja producción, es en buena parte de importación.
Productores, mayoristas y fruteros coinciden en que para esta Navidad hay más alegría en las compras hortofrutícolas, ya que notan más demanda en hostelería -gracias a la tímida vuelta de las comidas de empresa- y más variedad de oferta para las citas familiares.
Cultivar -apunta la directora de marketing de esta mayorista de Mercamadrid, Sandra Sitjar- ha constatado este año un aumento de su volumen de ventas pero, sobre todo, un «incremento de productos de calidad» de cara a esta Navidad, en la que se respira más alegría, más ánimos».
Alude a su línea de «microvegetales», entre los que resalta los brócolis, calabacines, zanahorias, espárragos, puerros, coliflor endivias o acelgas en tamaño baby, a la vez que confirma un impulso de la de «flores comestibles» servidas en bandejas y la de «frutas del bosque» respecto a otros años.
Tanto unas como otras pueden marcar la diferencia entre una cita navideña y otro ágape familiar o empresarial: flores de calabacín con pescado o comida italiana, pensamientos con queso, flor de ajo para un consomé de verduras o sushi, arándanos con carne de caza o cordero con grosellas, añade.
La piña, aunque ya tiene su público durante todo el año en las cestas de la compra europeas, es sin duda uno de los clásicos postres navideños en España donde, según han apuntado a Efeagro desde Del Monte Europe, «en diciembre triplica su venta».
En los mercados centrales de abastecimiento mayoristas de la red Mercasa, el repunte de la demanda de piña en diciembre se aprecia por el ligero aumento del precio -por encima en unos 1,1 euros/kilo- a partir del 20 de diciembre, para la cita de Nochebuena.
Del Monte, que integra desde la producción -principalmente centrada en Costa Rica- hasta que el alimento está al alcance del consumidor en las tiendas, asegura que la demanda mundial de piña «está creciendo en todo el mundo porque el consumidor trata de ser más saludable».
Y es que la piña, gracias a que contiene la enzima bromelina, es uno de los alimentos que mejor ayudan a digerir proteínas; entre sus bondades nutricionales también se menciona su alto contenido en vitaminas y fibra.
En España, sólo en 2014 se importaron 153.247 toneladas de piña -22.671 toneladas corresponden al mes de diciembre-, frente a las 114.842 t de 2013 o las cerca de 130.000 t de 2012 y 2011, según los datos de Aduanas procesados por Fepex, la federación que agrupa a las asociaciones de productores y exportadores hortofrutícolas.
La única piña española es canaria, donde hay un clima tropical que no baja de 18 grados centígrados, y toda la producción la absorbe la hostelería turística del archipiélago, apunta el presidente de la Cooperativa Frontera, Miguel Ángel Acosta, que produce al año 800 toneladas de esta fruta.
Al igual que a la hora de elegir un melón en su nivel óptimo de maduración, para la piña hay «trucos» como el que apunta el presidente de la Federación Nacional de Detallistas de Frutas y Hortalizas, Cesáreo González, que recomienda las que, «al tirar de una hoja de la mitad del ramo, ofrece cierta resistencia al desprenderse».
Respecto al aroma, dulzor y, consecuentemente, el precio González, al igual que Sitjar, diferencian mucho entre la piña que viaja en barco y la que llega madura, sólo 48 horas después de ser recolectada en Costa Rica, por avión.





















