El programa se inició en febrero cuando se encontró en Queensland mosca de la fruta en una de las trampas de control del MPI. Posteriormente fue encontrada una pequeña población reproductora de este insecto, lo que desencadenó un programa de erradicación con tratamientos y trampas.
Desde marzo no han vuelto encontrar restos de la plaga y ya ha transcurrido el tiempo suficiente para declarar que Nueva Zelanda se encuentra libre de la mosca de la fruta, según ha señalado Martyn Dunne, director general del MPI.
El MPI estima que el coste de este programa ha sido de 13,6 millones de dólares neozelandeses. Esta plaga supone una importante amenaza tanto para el sector frutícola como para el sector exportador neozelandés.