El doctor Enrique Pérez Gutiérrez, asesor de la OPS en Washington, declaró a Efe que más de 77 millones de personas sufren en el continente americano "enfermedades totalmente prevenibles" que además de muertes ocasionan discapacidades temporales o permanentes.
Los más vulnerables a las enfermedades de transmisión alimentaria son los menores de 5 años, una franja de edad dentro de la que cada año 31 millones de niños enferman y 2.000 mueren, dijo el asesor principal de la OPS sobre enfermedades transmitidas por los alimentos y zoonosis.
En los países de América, "las diferencias de morbilidad y mortalidad se deben a la capacidad de sus sistemas en términos de prevención y control", dijo Pérez, quien destacó entre los que tienen una buena gestión de alimentos a Canadá, Estados Unidos y Cuba.
El experto se refirió a un estudio publicado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el cual unas 420.000 personas -un tercio de ellas menores de cinco años- mueren cada año en el mundo por enfermedades transmitidas por alimentos insalubres.
El estudio, explicó Pérez, más allá de los fallecimientos, cuantifica las personas que sobreviven a enfermedades causadas por el consumo de alimentos insalubres, pero quedan con una discapacidad, como es el caso de la tenia, la toxoplasmosis o la ocasionada por la campilobacteria, que van seguidas de un largo período de convalecencia.
"Por primera vez tenemos datos para hacer comparaciones y podemos apoyar a los tomadores de decisiones para que la establezcan como prioridad en su agenda y para la inversión de recursos", enfatizó.
Con todo, en Latinoamérica "los datos en mortalidad son bajos" en comparación con otras regiones del planeta, como África -con 91 millones de enfermos y 137.000 muertos anuales- y el Sudeste Asiático -con 150 millones de casos y 175.000 muertes-, lo que no quita que el objetivo de la OPS sea llegar a "cero muertes", aseveró el investigador.
Las enfermedades de transmisión alimentaria más comunes en la Región de las Américas son, no obstante, las ocasionadas por los norovirus, la campilobacteria -presente en el pollo crudo-, el E. coli y la salmonelosis, que causan el 95 % de los casos.
"Los países con mayor vigilancia, como buenas prácticas agrícolas, de manufactura y de análisis críticos de control en la distribución y programas de concienciación de los consumidores para la manipulación de alimentos" son los que registran menos casos de enfermedades, aseguró el experto de la OPS.
Sin embargo, "no es una responsabilidad única del sector público" porque, aunque los gobiernos tienen la capacidad de exigir al sector privado que cumpla con las garantías de salubridad, al final se ha de comprometer "toda la cadena alimentaria", señaló.
Además, desde la sede en Washington de la OPS, Pérez añadió una razón más para erradicar las enfermedades de transmisión alimentaria: "Suponen un coste económico muy elevado".
En EE.UU., en 2011, los costes de salud ligados a la ingestión de alimentos en mal estado fueron de 37 millones de dólares y en algunas islas del Caribe los costes de tratamientos de gastroniteritis aguda por intoxicación alimentaria que debe soportar el sector público alcanza los 40 millones de dólares.