Esta plaga es una de las más dañinas para la agricultura. Las elevadas temperaturas del verano, que podrían aumentar por El Niño, crean condiciones propicias para el desarrollo de la plaga, explicó Díaz.
Una de las primeras acciones será la realización de estudios para detectar el comportamiento del cambio climático y sus efectos en los campos de cultivo.
"Esta plaga depende de las temperaturas", subrayó Díaz. Los sistemas de vigilancia instalados en las zonas de cultivo no permiten anticipar los efectos negativos de cualquier fenómeno a los productores, informa La Republica.pe.