“Es un proyecto que busca ampliar la frontera del cultivo de patata frente a los problemas de cambio climático”, aseguró Marcelo Huarte, coordinador del proyecto por Argentina y especialista del grupo de Papata del INTA Balcarce –Buenos Aires–, junto con Silvia Capezio y Cecilia Bedogni, investigadoras de la misma unidad. El proyecto se basó en el estudio de más de 300 variedades de patata de todo el mundo que fueron analizadas en condiciones de sequía en Mendoza, de alta producción en Balcarce y a través de estudios.
Con tecnología se estableció la composición genética de cada variedad a fin de conocer cuáles son las regiones cromosómicas relacionadas con el buen comportamiento ante sequía, tizón tardío, virus y nematodos, informa el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina –INTA-. “Es importante estudiar la tolerancia a la sequía y la respuesta a ciertos patógenos como fitóftora, ya que son situaciones que se verán afectadas por el cambio climático”, explicó Huarte.
El Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria distinguió el proyecto CLIPAPA entre más de 100 proyectos latinoamericanos por sus resultados vinculados con la resistencia a estrés abiótico y biótico y la identificación de algunas cualidades fitogenéticas útiles para el mejoramiento del cultivo.
Según Huarte, los ensayos en campo pudieron comprobar que los cultivares Serrana INTA y Nevada, utilizados como progenitores femeninos, fueron los más eficaces en la transmisión de la resistencia a tizón tardío a sus progenies. Por su parte, el clon BT 84.529.5 se comportó como resistente en Tafí del Valle y en Balcarce y se detectó una amplia variabilidad de comportamiento frente a la enfermedad entre los 201 genotipos evaluados en ambas localidades.
Mientras, los ensayos realizados en Balcarce mostraron que los cruzamientos Robusta x Libertas y Robusta x Chotañawi redujeron la enfermedad hasta un 74.4 por ciento y fueron clasificados dentro de la categoría resistente. “Estos materiales son de gran utilidad para la pequeña agricultura familiar y para las comunidades aborígenes del NOA”, remarcó el especialista del INTA. Asimismo, Huarte destacó el potencial de la especie Solanum berthaultii por sus propiedades para avanzar en la mejora genética de la papata.