La gestión del agua de riego ha estado acompañada del análisis de los nutrientes que necesita la planta, en el momento adecuado, lo que ha llevado a Grufesa a transformar su forma de producir, dando lugar a una fresa más sostenible y contribuyendo al cuidado y protección del medio ambiente.
"Nuestra apuesta es la de ofrecer al consumidor una fresa más natural, cuidada durante todo el proceso de crecimiento", ha explicado el gerente de la cooperativa, Carlos Cumbreras.
Gracias a la tecnología del programa IG4, la planta recibe riego localizado y monitorizado, además de tenerse en cuenta sus necesidades de nutrientes.
El ahorro de agua respecto a la campaña anterior ha sido destacado, variando según el tipo de suelo de las fincas, ya que según sea este necesitan más o menos aporte hídrico.
Un punto de control ubicado en el campo permite medir la humedad del suelo, temperatura y caudal de agua para ofrecer a la planta sólo el aporte hídrico y de nutrientes que necesita.
Estos registros se almacenan cada diez minutos y el técnico y el agricultor conocen a través de cualquier dispositivo conectado a internet cómo se está desarrollando y pueden modificarlo al instante si hiciera falta.
"Las actuaciones son diferentes según el terreno", ha apuntado Cumbreras, quien ha precisado que por ello, este programa atiende a cada agricultor de forma individualizada y adapta el riego y el aporte de nutrientes a las necesidades de su finca.





















