Antes de agosto de 2014, cuando se inició el veto ruso, Rusia importaba 6,1 millones de toneladas de fruta fresca al año, representando la Unión Europea el 21 por ciento de la cuota con 1,4 millones de toneladas, según señala un estudio publicado en Eurofruit y Asiafruit por Wayne Prowse, analista de mercado de Fresh Intelligence Consulting.
En abril de este año la importación de fruta fresca por parte de Rusia había caído un 18 por ciento, totalizando 4,9 millones de toneladas. La depreciación del rublo ha contribuido a atenuar el volumen de entrada procedente de la zona no comunitaria.
Por el ejemplo, la entrada de la importación de fruta procedente del gigante asiático sólo ha crecido un 2 por ciento desde agosto de 2014 (93.000 toneladas), aunque se pensaba que el incremento iba a ser mucho mayor.
El producto más afectado por el embargo han sido manzanas y peras, ya que antes del primer embargo, la importación de manzana y pera procedente de Europa representaba el 53 por ciento de la importación total.
En 2014, la importación de manzana y pera por parte de Rusia fue inferior, cayendo un 38 por ciento (445.000 toneladas).
La banana ha sido el producto menos afectado, ya que procede de Ecuador, Costa Rica y Filipinas. Sin embargo, el comercio de banana ha descendido un 11 por ciento (unas 100.000 toneladas) debido a la devaluación del rublo.
El estudio de Fresh Intelligence Consulting señala también un impacto limitado para los cítricos, ya que su comercialización disminuyó un 7 por ciento. Los cítricos con origen Marruecos han reducido su presencia en Rusia un 50 por ciento (148.000 toneladas), ya que su cuota ha sido compensada por el incremento de la importación desde Turquía y Egipto. En cuanto a la uva, el flujo comercial ha descendido un 12 por ciento (333.000 toneladas) debido a factores extra europeos.
