Emilio Hernández, responsable de Finanzas Agrícolas de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, indicó en un seminario en Roma que actores privados locales están dominando las inversiones a largo plazo en el sector primario.
Mayoristas, comerciantes y procesadores, entre otros, están aplicando sus conocimientos para mitigar los riesgos de este tipo de actividades, según el investigador.
Esa tendencia inversora, detalló, contrasta con la reducción de los créditos agrícolas dotados por instituciones financieras formales, a pesar de que la agricultura sigue ocupando un lugar primordial en la estructura del Producto Interior Bruto (PIB) de muchos países como, por ejemplo, en Latinoamérica.
Frente a la cartera "limitada" de productos tradicionales, generalmente créditos, han ido surgiendo mercados informales "que están llenando ese vacío", aseveró Hernández.
En declaraciones a Efe, apuntó que se requiere una "mayor voluntad de los que toman las decisiones de políticas públicas para buscar esa colaboración con el sector privado, no necesariamente el internacional y el mejor estructurado, sino también el que mejor trabaja con las pequeñas y medianas empresas rurales".
A su juicio, el objetivo es entender mejor las necesidades de estos empresarios y su capacidad para contribuir a programas públicos que generen más desarrollo, pues "poseen mucha información que el sector público no tiene y que es muy valiosa para diseñar políticas públicas".
Coincidiendo con la celebración en Etiopía de una Conferencia Internacional para la Financiación del Desarrollo, Hernández comentó que esa cita busca financiar todos los sectores y que en el caso de la agricultura se podría contribuir al desarrollo "masificando el uso de esas innovaciones para que no sean tan raras en el futuro".
Otro experto de la FAO, Calvin Miller, puso de ejemplo el proyecto mexicano FIRA, una serie de fideicomisos públicos que facilitan el acceso al crédito a través de intermediarios.
También en México, el programa CADENA consiste en dotar de seguros al sector agropecuario en caso de desastres naturales colaborando con las aseguradoras privadas.
Miller agregó que en Bolivia existen instituciones de microcréditos que promueven las inversiones a largo plazo y que han crecido con el fuerte apoyo de organizaciones de desarrollo internacionales.
Mientras, en países como Bangladesh ciertas organizaciones de microfinanzas se han especializado en ofrecer los suministros que faltan en las cadenas de producción o facilitar el trabajo con los agricultores más pobres, entre otros servicios.