Latinoamérica

La fruta de pepita argentina muy afectada por la huelga del Senasa

Los exportadores de fruta de pepita argentinos se están preparando para una mala situación después de que los trabajadores del Senasa integrados en ATE iniciaran el lunes 6 de julio un paro de diez días que podría paralizar buena parte de los negocios de exportación de alimentos y provocar otros trastornos a diversas empresas.

Los estatales denunciaron un vaciamiento del organismo, reclaman un mayor presupuesto y que los salarios del organismo sean semejantes a los de otras áreas como la Aduana. La protesta del gremio se inició a pesar de una orden en contrario que surgió del Ministerio de Trabajo, que dictó la conciliación obligatoria por quince días y citó a las partes a una reunión el viernes 10, informa la edición digital del diario Clarín.

La Disposición 13 de la Dirección de Análisis Laboral del Sector Público intimó a la entidad sindical “a dejar sin efecto toda medida de acción directa” y al Senasa a “abstenerse de tomar represalias”. Pese a la advertencia, la medida de fuerza de ATE amenaza la actividad en algunas áreas clave donde trabaja personal del organismo, como en el Mercado de Hacienda de Liniers y los pasos fronterizos por donde sale mercadería de exportación.

El Senasa tiene a su cargo la certificación sanitaria de dichos envíos de alimentos, valuados en no menos de 30.000 millones de dólares anuales.

Esta paralización de las exportaciones no hace otra cosa que agravar aún más el sombrío panorama actual del sector productor y exportador de manzanas y peras, en un año donde la caída de las exportaciones supera las 120.000 toneladas con respecto al año pasado. Es de destacar que cada día que pasa se pierden 1.500 toneladas sin exportarse, que luego no se recuperan.

En este marco, la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) se quejó “por la paralización de la gran mayoría de las exportaciones, especialmente a Brasil, por falta de inspectores y correspondiente fiscalización”, y marcó que por cada día de conflicto “se pierden 1.500 toneladas sin exportarse, que luego no se recuperan”.

Entre los reclamos de ATE figura la necesidad de contar con una Ley de Autarquía Financiera del Senasa, que asegure un presupuesto mínimo para funcionar.

También se exige la regularización laboral para cerca de 3.000 empleados contratados y una equiparación de estos trabajadores con otros de organismo que pagan muchos mejores salarios, como AFIP y Aduana.