Así lo ha explicado a Efeagro el presidente del sector hortofrutícola de Cooperativas Agro-alimentarias, Cirilo Arnandis, tras participar en un encuentro con representantes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y el sector -Asaja, COAG, UPA y de la federación de productores exportadores Fepex- para analizar la evolución de la campaña de fruta de verano.
Arnandis ha subrayado que "el clima ha sido capaz de regular el mercado" y "la fruta ha salido en su momento" evitando los problemas de sobreproducción del año pasado, agravados después por el anuncio de veto ruso a las importaciones europeas.
"El mercado se ha mantenido durante la primera parte de la campaña", ha remarcado.
"En estos momentos, la climatología está haciendo que la demanda y el consumo suban", de manera que el mercado está absorbiendo toda la oferta, ha concretado el portavoz de las cooperativas.
El problema -ha puntualizado- radica en los precios, que no se han recuperado, y se ven lastrados aún por los 15 días frescos que tuvo Europa recientemente -por tanto, cayó el consumo- y por el anuncio de prórroga del veto ruso, que era un destino importante para las frutas de hueso como paraguayos, melocotones y nectarinas.
En este punto, Cooperativas Agro-alimentarias de España reclama a la Comisión Europea (CE) que se ponga en marcha de nuevo el mecanismo de retiradas excepcionales, que incluya a la fruta de verano, de manera inmediata y con carácter preventivo.
Según Arnandis, el Ministerio "entiende" también la necesidad de reactivar este reglamento (el "1031") -que permitiría reducir las cantidades que se ponen en circulación para destinarlas, por ejemplo, a transformación y reparto gratuito- como medida preventiva para evitar nuevas caídas de precios en los mercados.
Ha recordado que este tipo de mecanismos de regulación de mercado no serían efectivos si se ponen en marcha cuando el mercado está ya hundido; de ahí la importancia de anticiparse a los problemas.
El objetivo -ha recordado- es que el sector cuente con este sistema de seguridad para ponerlo en marcha "si hace falta", es decir, en caso de que se produzca un exceso de oferta de fruta de hueso, melón o sandía de España, Italia o Francia, para evitar que los precios caigan y con ello la rentabilidad de los productores.
