Los expertos que han participado en el congreso han convenido que la consecución de este objetivo debe llevarse a cabo “mediante un adecuado manejo y gestión de las redes de riego debe basarse en el uso de indicadores energéticos de gestión para la caracterización del estado de las instalaciones, así como en el correcto mantenimiento de las mismas, la incorporación de sistemas SCADA y del telecontrol”.
En el congreso también se ha concluido que la modernización de los regadíos, en escenarios de escasez de agua y altos costes de la energía, requiere herramientas eficaces para la toma de decisiones, fundamentalmente modelos para el diseño y dimensionado de las redes de distribución, y sistemas de monitorización ambiental.
Además, otra conclusión del Congreso ha sido que “la utilización de energías renovables, dado el coste actual de las energías convencionales, puede mejorar la rentabilidad de los cultivos de regadío. Por el momento, la mayor parte de las instalaciones para el bombeo son de baja potencia, siendo más fácil de pronosticar el recurso solar que el eólico, con una clara influencia de los niveles de radiación solar sobre la presión y el caudal”.
Por otra parte, también los expertos reunidos han convenido que para alcanzar mayores grados de sostenibilidad del regadío, la gestión del agua de riego debe hacerse desde un enfoque a escala amplia, apoyado en el uso de indicadores de gestión, asociada a la reducción del gasto energético y de las emisiones de gases de efecto invernadero. El diseño de los sistemas de riego a presión debe atender a la relación entre el marco de aspersión, presión en el hidrante, uniformidad de riego e influencia sobre la huella de carbono.