El responsable provincial de la Federación Agroalimentaria en Ciudad Real, Demetrio Muñoz Abad, señaló en un comunicado que en torno a un centenar de temporeros que se han desplazado al municipio para trabajar en el campo "viven hacinados en casas y, presumiblemente, sin que estén dados de alta en la Seguridad Social o con declaraciones de jornadas reales mínimas".
El municipio, que apenas cuenta con 700 habitantes, está considerado como una de las zonas de mayor producción de melón de Castilla-La Mancha, en la que unos 30 agricultores cultivan más de 3,5 millones de plantas de las variedades Galia y Amarillo.
Durante su recolección se genera un elevado número de jornadas de trabajo que en su mayoría realizan emigrantes, fundamentalmente marroquíes, que "trabajan a destajo durante jornadas agotadoras por apenas 27 euros diarios".
"Los temporeros que pernoctan en las casas del pueblo están hacinados y en unas condiciones insalubres y poco dignas", ha añadido. Los trabajadores son captados por un "Cabo", una persona de origen marroquí, que se dedica a surtir de mano de obra a los agricultores a cambio de quedarse con una parte de sus salarios, además de 100 euros por persona al que busque alojamiento.
"El negocio lo están haciendo el intermediario que se lleva una comisión en torno al 4 % de los melones vendidos y que el año pasado ascendió a los 17 millones de kilos, y el mayorista que se lleva los melones a su almacén a unos precios de ganga", ha subrayado Muñoz.