Los miembros de la citada delegación visitaron dos fincas propiedad de las empresas Frutas Esther, en Molina de Segura, y CIRVA, en Cieza, para comprobar los sistemas de cultivo implantado y su estado sanitario, así como los controles oficiales realizados por la Administración regional sobre las parcelas inscritas para la exportación a distintos países, publica agroinformacion.com.
Posteriormente, visitaron el almacén de manipulado y confección de Frutas Esther, en Abarán, donde fueron informados de los sistemas de calidad y trazabilidad que siguen las partidas destinadas a la exportación. Ambas empresas exportan fruta y uva de mesa a más de 15 países de Europa y otros continentes.
El director general de Industria Agroalimentaria y Capacitación Agraria, Ángel García Lidón, destacó “la importancia de acceder al mercado de EEUU”, así como la alta calidad de las producciones de albaricoque en la Región, donde se concentra el 50 por ciento de la superficie nacional de este cultivo, 9.000 hectáreas, que producen anualmente unas 80.000 toneladas, con un valor de exportación cercano a los 54 millones de euros, lo que representa el 38 por ciento del total de las exportaciones nacionales de albaricoque.
García Lidón añadió que, en los últimos años, “se está produciendo una reconversión varietal de este cultivo hacia variedades en fresco, de una gran productividad, calidad organoléptica y tolerancia a determinadas enfermedades viróticas con es el caso de la Sharka”. Este programa de selección genética se está produciendo no solo por organismos oficiales como IMIDA y CEBAS, sino también por empresas privadas ubicadas en la comunidad.
Así, los albaricoques tempranos aumentan su producción, con el arranque de variedades tradicionales como son los Valencianos y Mauricios, lo que ha supuesto una reducción del 20 y el 38 por ciento, respectivamente. En concreto, estas variedades han sido sustituidas por otras, como la serie Mirlo (blanco, naranja y rojo) obtenidas por el CEBAS, y otras como Mogador, Kov, Colorado y Madison.
Work Plan
El sistema de trabajo propuesto por el Departamento de Agricultura americano (APHIS) se basa en una serie de controles oficiales sobre las parcelas de cultivo y de los almacenes de confección inscritos para la exportación a Estados Unidos, para garantizar que solo se realizan envíos desde estas parcelas y que se encuentran libres de determinados organismos de cuarentena principalmente: Ceratitis capitata (mosca de la fruta); Cydia funebrana (polilla de la ciruela); y los hongos Apiognomia erythrostoma y Monilinia fructigena (podredumbre de la fruta).
Como medida preventiva para mitigar el riesgo de la presencia de larvas vivas de este díptero en los albaricoques, se exige a todos los envíos un tratamiento de frío que se llevará a cabo en barcos o contenedores autorizados por APHIS durante su trayecto.
García Lidón señaló que la Consejería “apoya cualquier actuación que permita la apertura de nuevos mercados y facilita estos acuerdos bilaterales entre países que supongan nuevas oportunidades de comercialización”. En este sentido, apuntó que últimamente “la Región ha incrementado las exportaciones de uva de mesa y fruta a Sudáfrica y Canadá y las de cítricos a China”. Para ello, se han facilitado los procedimientos de tramitación de expedientes de registro de fincas y almacenes, sin perder el rigor en los controles oficiales ni de las entidades auditoras, a fin de garantizar que se cumplen con los requisitos establecidos en los países de destino.