El presidente de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, Héctor Cordero, señaló a Efe que la iniciativa responde a la localización en el municipio de Cabo Rojo de dos ejemplares de la mosca mediterránea, algo que hasta ahora jamás había ocurrido en la isla.
El Gobierno de Puerto Rico está asesorado en la puesta en marcha de medidas de control y erradicación por el Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Las autoridades dominicanas anunciaron el pasado marzo medidas para tratar de que EE.UU. levante la veda impuesta a la importación de sus frutas y verduras de ese país.
"Nunca antes se había documentado en Puerto Rico la presencia de ejemplares de mosca mediterránea", apuntó Cordero, para quien es posible que la aparición de esa especie en Cabo Rojo pueda deberse al tráfico habitual de embarcaciones entre ambos territorios caribeños, hipótesis no confirmada por las autoridades locales.
Dijo que entiende que se han tomado las iniciativas necesarias por parte del Departamento de Agricultura, apoyado por técnicos estadounidenses.
"Se trata de evitar los efectos de plagas como la broca del fruto del café o la sigatoka negra del plátano, que en los 90 perjudicaron a la agricultura de Puerto Rico", apuntó Cordero, quien señaló que aquellas no se atendieron, quizá, con la debida premura, lo que se tradujo en un problema fitosanitario de envergadura.
En el caso de la de mosca del Mediterráneo el problema afecta a la producción, ya que no tiene repercusión para la salud de los humanos.
Las hembras de esa mosca, cuyo nombre científico es Ceratitis capitata, depositan cerca de diez huevos en cada fruto, que permanecen en estado latente hasta que a los pocos días eclosiona una pequeña larva que comienza a alimentarse de la pulpa.
La presencia del insecto provoca el ablandamiento y putrefacción del fruto y, por tanto, su desecho para la venta.
Según el subsecretario del Departamento de Agricultura de Puerto Rico, Francisco Aponte, funcionarios federales detectaron los ejemplares durante una inspección realizada en marzo, lo que hizo saltar las alarmas, por ser "una de las plagas agrícolas más destructoras del mundo".
Señaló que una de estas plagas puede causar daños a especies como el tomate, mango, aguacate, café, papaya o melón, todos cultivados en Puerto Rico. Por ello, el país está en contacto con la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. para que dé el visto bueno al uso de los pesticidas recomendados por técnicos federales.
El presidente de la Comisión de Agricultura, Recursos Naturales y Asuntos Ambientales de la Cámara de Representantes, César Hernández, también ha prometido velar porque la presencia de esta mosca no se extienda por Puerto Rico, ya que tendría un efecto "devastador" para la agricultura local.
La detección de los dos casos tuvo lugar los pasados días 4 y 9 de marzo, aunque los especialistas federales confirmaron los datos al Departamento de Agricultura local el 1 de abril.
La mosca mediterránea es, a pesar de su nombre, originaria de África Occidental y desde allí se ha extendido por países de todo el mundo, incluido el continente americano, donde está presente desde principios del pasado siglo.