Los resultados se desprenden de un estudio elaborado tras comparar los diferentes tipos de cocinado con los que se suelen preparar las hortalizas a nivel internacional como son el hervido clásico, la cocción al vapor, el salteado con aceite, al estilo wok asiático o stir frying, además de con el uso de horno microondas y con diferentes aceites de cocina (oliva, girasol, soja, cacahuete y cártamo).
Los investigadores de CEBAS-CSIC ponen de manifiesto al respecto que el cocinado del brócoli al vapor, durante tres a cinco minutos, consigue mantener un alto porcentaje de sus nutrientes y fitoquímicos, que casi alcanza el 100 por ciento, sobre todo, vitamina C y glucosinolatos, actores imprescindibles en la ayuda para la prevención del cáncer de mama, de pulmón y de colon.
De este estudio también se extrae que los tiempos de cocinado largo, como los del hervido tradicional, y el uso de agua (en el horno microondas) dificultan la retención de los biactivos de las crucíferas tan necesarios para la salud.